Hans Brinker, hijo del jefe del puente de Spaardonel (Holanda) cuando tiene ocho años tiene que llevar panqueques a un anciano ciego. En el camino se sorprendió del nivel del agua que estaba más alta de lo normal; de repente oye agua cayendo, luego ve un hoyo en el dique de donde sale agua. Hans metió el dedo en el dique y se detiene el agua. Hans grita por ayuda, pero nadie le escucha. A la mañana siguiente pasa un sacerdote y ve al niño con el dedo en el dique, y se da cuenta de que la ciudad se escapó de u gran desastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario