¡Felicidades en el recuerdo!
Esta mañana, como cada 12 de Octubre, mi agenda del día, como la de
todos los que tienen entre sus familiares, amigas, conocidas o compañeras
de trabajo a alguien que se llame Pilar, se abre con el recuerdo de
felicitarlas en su día. Hoy no hay sido una excepción, pero este año algo ha
cambiado respecto a otros años, ya que no he podido hacerlo con nuestra
Pilar Martínez, pero precisamente por eso, por no haber podido felicitarla
oyendo su voz o recibiendo su email de respuesta, quiero utilizar este otro
medio, con el fin de unirnos todos en esta forma de felicitación más
pública; una felicitación en el recuerdo, una felicitación triste por no
tenerla entre nosotros pero a la vez de alegría por haber sido ella alguien
especial en nuestro Instituto, no solo por su excepcionalidad como
profesora, abriendo caminos innovadores ofreciéndose voluntaria a llevar
a alumnos “especiales” en un grupo reducido como es la educación
compensatoria en un año en el que todo era nuevo para todo e
profesorado del Centro y las formas a aplicar desconocidas y que para
conseguir un éxito en esta tarea solo sirvió tener un temple como el suyo
capacidad que no todo el mundo tiene, sino también por haber sabido
mantenernos unidos a muchos de tus antiguos amigos/as y
compañeros/as aunque sea al menos en estos momentos, difícil meta
aunque parezca mentira hoy en día. ¡Felicidades Pilar! No te olvidamos.
Esta mañana, como cada 12 de Octubre, mi agenda del día, como la de
todos los que tienen entre sus familiares, amigas, conocidas o compañeras
de trabajo a alguien que se llame Pilar, se abre con el recuerdo de
felicitarlas en su día. Hoy no hay sido una excepción, pero este año algo ha
cambiado respecto a otros años, ya que no he podido hacerlo con nuestra
Pilar Martínez, pero precisamente por eso, por no haber podido felicitarla
oyendo su voz o recibiendo su email de respuesta, quiero utilizar este otro
medio, con el fin de unirnos todos en esta forma de felicitación más
pública; una felicitación en el recuerdo, una felicitación triste por no
tenerla entre nosotros pero a la vez de alegría por haber sido ella alguien
especial en nuestro Instituto, no solo por su excepcionalidad como
profesora, abriendo caminos innovadores ofreciéndose voluntaria a llevar
a alumnos “especiales” en un grupo reducido como es la educación
compensatoria en un año en el que todo era nuevo para todo e
profesorado del Centro y las formas a aplicar desconocidas y que para
conseguir un éxito en esta tarea solo sirvió tener un temple como el suyo
capacidad que no todo el mundo tiene, sino también por haber sabido
mantenernos unidos a muchos de tus antiguos amigos/as y
compañeros/as aunque sea al menos en estos momentos, difícil meta
aunque parezca mentira hoy en día. ¡Felicidades Pilar! No te olvidamos.
Fdo. Miguel Antonio Herrera Lima
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