¿Queréis seguir buscando ideas para vuestras próximas lecturas?
Aquí van algunas sugerencias.
DESMONTANDO A “LUCY”: EL FALSO MITO
DE QUE LOS HUMANOS SOLO UTILIZAMOS EL 10% DE NUESTRO CEREBRO
El mito del diez por
ciento es una de los
bulos científicos más extendidos del mundo, aunque nadie sabe a ciencia cierto
ni dónde ni cuándo nació esta leyenda urbana.
Tecnologías como la resonancia
magnética funcional, que muestra en una pantalla la
actividad de distintas áreas del cerebro cuando una persona realiza una
actividad, demuestran que todo el
cerebro está activado ante distintas tareas, incluso cuando estamos en reposo.
Por otro lado, si el mito fuera cierto, se deduciría que la
inteligencia o las capacidades cognitivas estarían relacionadas con una mayor
masa cerebral en acción. En el siglo XIX se estudió el cerebro de los genios,
deduciéndose que el tamaño no importa.
Si el tamaño o la cantidad de materia gris no es lo
determinante, ¿dónde está la clave?.
Parece que lo determinante es la organización del cerebro y
su elevada plasticidad, es decir, nuestro cerebro puede reorganizar sus
circuitos a lo largo de la vida. Por tanto, “la educación es crítica, porque
cambia la estructura de las conexiones cerebrales”…..”continuamente estamos
aprendiendo a utilizar mejor el cerebro, podemos potenciarlo”
”No sabemos hasta dónde
podemos llegar……”
Inmaculada Donoso
¿Y quién es Roald Dahl?
Quizás no os suene el
nombre, pero seguro que habéis leído alguno de sus divertidos libros o
disfrutado de alguna de las muchas adaptaciones que se han hecho de sus
fantásticas historias en el cine. Estoy segura de que de pequeño os lo
pasasteis en grande siguiendo a Charlie por aquella increíble fábrica de
chocolate del señor Willy Wonka, que admirasteis en secreto a esa niña
prodigiosa de nombre Matilda que no solo leía todo lo que pillaba, sino que, si
se concentraba conseguía mover los objetos con su mente para vengarse de la
terrible directora de su cole, o que os parecieron repulsivas aquellas brujas
calvas y verrugosas que detestaban el olor de los niños y los convertían en
ratones.
Pero Roald Dahl no es
solo un novelista infantil, también ha escrito montones de relatos
escalofriantes o incluso algunos “subiditos de tono” (como el de “El gran
cambiazo” donde dos maridos planean cambiar de mujeres por una noche sin que
estas se den cuenta…) ¿Y lo mejor? Que todos estos puedes encontrarlos en
nuestra biblioteca.
Patricia Lobato