27 de mayo de 2010

J.D. SALINGER

“Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre.”

Quien así habla es un adolescente, Holden Caufield, el protagonista de El guardián entre el centeno obra de 1951. Un chico mimado y rico al que acaban de expulsar del prestigioso colegio Pencey. Para no tener que dar cuentas a su padre, emprende una huida sin rumbo. Nos va a contar su historia en primera persona con el lenguaje de un adolescente.
La obra la escribió J.D. Salinger, su muerte a comienzos de este año pasó desapercibida en este blog. A él no le hubiera importado, es más, le hubiera gustado. Salinger vivió toda su vida apartado, alejado de la fama. Desde que publicó con gran éxito EL guardián entre el centeno  se fue de Nueva York. Sólo concedió una entrevista a The New York Times para defender su vida privada. Era un escritor perfeccionista que sólo quería escribir. 
Junto con Cormac McCarthy y Thomas Pynchon forman ese grupo de escritores americanos que han huido de su fama escondiéndose de todos,  preservando su intimidad. A penas se tienen fotos de ellos, aunque los periodistas los hayan perseguido.
Os dejo el poema de Robert Burns (poeta escocés 1759-1796), en el que se inspira la imagen de Cauldfield y que le da nombre a la obra.

  A través del centeno, pobre chica,
  A través del centeno,
  Arrastraba las enaguas.
  A través del centeno.

  Si dos personas se encuentran
  A través del centeno,
  Si dos personas se besan.
  ¿Tiene alguien que llorar?


  Si dos personas se encuentran
  A través de la cañada;
  Si dos personas se besan,
¿Tiene el mundo que saberlo?....... 

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